DOI: https://doi.org/10.24901/rehs.v38i151.241
Brian Connaughton, coord.Repensando Guatemala en la época de Rafael Carrera. El país, el hombre y las coordenadas de su tiempo. México: Universidad Autónoma Metropolitana, Gedisa, 2015, 528 p. ISBN 978-84-9784-986-9
Laura Olivia Machuca Gallegos
Ciesas peninsular, laurama@ciesas.edu.mx
Brian Connaughton , especialista en temas de cultura política y en la relación entre religión, política y sociedad, desde hace años ha tenido también gran interés por Guatemala. Por esa razón, no podía dejar de leer el imponente libro de Rafael Woodward sobre el presidente guatemalteco Rafael Carrera. No se dejó impresionar ni por el tamaño ni por sus resultados y terminó con bastantes dudas, aunque más de uno pensaría que no habría más que decir. Justamente, una labor del historiador es estar al tanto de las ideas y aportes de los libros, tener ojo crítico, percibir lo que falta, lo que no se trató, lo que no se dijo a propósito de un asunto, lo que apenas se esbozó. En ese sentido, Connaughton y sus colaboradores exploran tres décadas de la historia guatemalteca desde 1830 hasta los sesenta, con énfasis en el año de 1837 cuando Rafael Carrera se rebeló contra el gobierno de Mariano de Gálvez. Estas fechas son pretextos para adentrarse en dinámicas complejas.
Estudios históricos sobre la primera mitad del siglo XIX faltan en México, en Guatemala y en Centroamérica, así que resulta muy loable que desde México se contribuya a ir llenando vacíos, y aunque desde la óptica de lo político y lo militar se han hecho esfuerzos notables, por ejemplo, el libro colectivo editado por Arturo Taracena sobre la primera guerra federal centroamericana, falta aún ir hilando visiones desde lo social, cultural y económico. En Repensando Guatemala el problema de fondo es el de la construcción del Estado desde lo local, por eso se realiza un cuidadoso análisis de historia regional, y se ha puesto, sobre todo, énfasis en el Oriente guatemalteco: en Santa Rosa, Mita y Chiquimula, y también hay un artículo acerca de Santa Catarina Ixtahuacán en Suchitepequez Sololá (de Galeotti).
Se sabe que una obra como la de Woodward requiere muchos años si se quiere hacer solo, así que para entender un tema desde diferentes enfoques y perspectivas en un tiempo relativamente corto (lo que dura un apoyo de CONACYT, es decir, una media de tres años como fue el caso de este proyecto) lo mejor es invitar a diferentes colegas quienes desde su trinchera dan su propia versión y coadyuvan a construir una visión de conjunto. En este caso, resulta particularmente elogioso que entre los colaboradores se encuentren historiadores consolidados, jóvenes investigadores en formación y doctores jóvenes, todos con ideas frescas, mexicanos, guatemaltecos y estadounidenses: participan cinco investigadores hombres y cuatro investigadoras mujeres, lo menciono sólo para subrayar que el asunto de mujeres y de género no es un problema en este libro, al contrario, así que empezaré por abordar una de las grandes líneas de investigación que es la óptica de las mujeres.
En particular, Lizeth Jiménez Chacón, en “Mujeres y vida cotidiana en tiempos de guerra”, decide tomar el esquema de Hobsbawn del papel de las mujeres dentro del bandolerismo para describirlas como esposas y amantes, como colaboradores y enlaces y, ellas mismas, como bandoleras. Varios autores (Jefferson, Connaughton, González y Sarazúa) también retoman el papel de las mujeres en sus trabajos y, sin duda, ésta constituye toda una línea por seguir explorando. Pero si de grupos subalternos se trata, el mismo Carrera ejemplifica una exitosa movilidad social ascendente. Brian Connaughton , en “De indio a presidente vitalicio” (cualquier parecido con Benito Juárez es coincidencia) sigue a Carrera en diferentes etapas de su vida profesional desde su “fama de indio cruel”, su violencia, su esposa Petrona, ella misma envuelta en varias historias, su política como jefe de estado y luego presidente desde la década de 1840 y hasta 1865 año en que muere (periodo conocido como conservador), todo esto a través de diversas fuentes, pero sobresalen los relatos de viajeros que representan una imagen desde afuera.
Por otro lado, Ann Jefferson se concentra en los Mejía de Santa Rosa, principales sostenedores de Carrera en 1837, quienes eran unos hacendados rurales de gran importancia en la región y de calidad parda. Una región de fincas y haciendas, donde se completaban los recursos con el bandolerismo y cuyo ámbito permitía cierta movilidad social, de tal forma que un simple administrador como lo era Ramón de la Rosa Mejía llegó a ser hacendado. Para aprehender a esta población, hombres y mujeres, Jefferson hizo uso de las dispensas matrimoniales, las cuales le permitieron analizar todas las relaciones clientelares que se tejían alrededor de los Mejía y las ideas acerca del matrimonio y la moralidad.
Desde la óptica de la vida cotidiana, González Sandoval, la misma Jefferson y, en particular, Tania Sagastume en su artículo sobre ocio y diversiones se ocupan de ello. Queda claro que el gobierno fingía combatir la embriaguez con el discurso de que era inherente a la naturaleza de los indios. Tania Sagastume se centra en el periodo llamado Conservador, cuando en Guatemala, como en otros lados, prevaleció la idea de acabar con la vagancia, fomentar el trabajo y los asuntos morales eran la prioridad. Existió un estricto control sobre las diversiones públicas (teatro, corridas de toros, juegos), pero no por eso la gente dejaba de disfrutar de las que había.
Desde la política y la cultura política se encuentra el artículo de Adolfo Bonilla, “Triunfos y fracasos de la política ilustrada”. Éste me parece el más controversial de todo el libro, un buen comienzo, en todo caso, porque presenta los antecedentes del tema y del problema. Delinea a los principales actores e instituciones como el presidente Mariano Gálvez, por supuesto, José Francisco Córdova, Cordovita, líder republicano, entre otros. Aunque el concepto de desatino político introducido por el autor cobra sentido a la luz del contexto, y de la ruptura de la república federal, porque según la hipótesis del autor, la guerra civil podía haber sido evitada si los líderes hubieran ejercido un poco más de sensatez, y si en una visión menos despótica y más ilustrada no hubieran visto a los rebeldes de 1837 como salvajes e incivilizados. Pero considero que falta pasar a un segundo nivel que analice detenidamente el papel de estos hombres ¿todo lo hicieron mal a partir de los contextos que les tocó vivir?
Desde la fiscalidad y la economía, Moisés Ornelas se acerca a los temas fiscales a través de la Gaceta de Guatemala durante la primera década que Carrera fue presidente, es decir, a partir de 1847, mismo año que Guatemala se declara Federación independiente, el objetivo es saber la forma en que el gobierno solucionó el problema del enorme gasto militar que implicó una nueva guerra, la de la Montaña (distritos de Santa Rosa, Jutiapa, Sansur, Jalapa y Chiquimula). Resulta cuestionable que no cotejara su fuente con otros documentos, pero no por ello deja de ser interesante esta visión a través de material hemerográfico que saca a relucir el problema de la deuda y el comercio de manera oficial. Por otro lado, el artículo de Juan Carlos Sarazúa resulta de gran agudeza, él muestra bien que si el movimiento de Carrera triunfó es porque se alió con la elite de Guatemala, la cual ya tenía relación con los Mejía de Mita que hemos mencionado antes. ¿De qué se derivaba ese pacto? Pues de las ganancias de aguardiente que, en la década de 1840, fue la principal fuente de ingresos en las administraciones fiscales de Chiquimula y Santa Rosa. También sigue la pista del servicio militar y los cambios que implicó, le interesan los mecanismos para integrarse a la milicia y el impacto de la militarización. Siguiendo la línea económica, por último, Leticia González Sandoval se ocupa del estanco de aguardiente en la década de 1840, el cual no desapareció en el siglo XIX por la fuente de ingresos que significaba, al contrario se reforzó, ella explica el funcionamiento del estanco y presenta a sus asentistas, entre las que se encontraban varias mujeres. En resumen, el aguardiente no fue un asunto menor.
Así, desde lo regional, el género, lo social, lo cultural y lo económico se articula el discurso que lleva el hilo conductor del libro, mostrando claramente las coordenadas del tiempo de Carrera. Finalmente, ésta es una invitación a leer Repensando Guatemala, a aprender de la historia guatemalteca y, al mismo tiempo, hacer comparaciones pertinentes con lo que pasaba en México y en otras regiones de Latinoamérica en ese momento. Seguramente el tiempo de Rafael Carrera seguirá abriendo preguntas y líneas de investigación.