Presentación: Historia y Literatura. Construcciones en diálogo

Este número temático de la revista Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad surge del interés interdisciplinario entre la Historia y la Literatura. Ambas disciplinas tienen un surgimiento común en la palabra oral y la escritura. Sumeria, China, Grecia, Roma refieren espacios culturales en donde la teología, la filosofía y la historia se vincularon con las expresiones literarias más antiguas. Y aunque la construcción de las verdades enunciadas en sus discursos tiene propósitos y caminos diferentes, tanto la Historia como la Literatura coinciden a la hora de configurar un mundo, ya sea desde la relación de hechos pasados que buscan un registro o la imaginación que se ancla en la experiencia estética. En este sentido nos preguntamos, siguiendo a Hayden V. White, ¿Cuáles son las formas de representación propias de la historia y cuáles de la literatura?, “¿Qué autoridad pueden demandar los relatos históricos [y los literarios], como contribuciones a un conocimiento cierto de la realidad en general y de las ciencias humanas en particular?” (White, 2003, p. 108). Y en ese vínculo entre el hecho informado y la imaginación creadora ¿Qué estrategias, técnicas, recursos y aparatos críticos operan en lo que Alfonso Reyes llamaba la función ancilar de la obra de arte literaria? Pues en esta tarea de reconocer las interrelaciones, el teórico regiomontano habla del deslinde necesario para valorar, en lo ancilar, lo propio de la Literatura y, en este caso diríamos también, lo propio de la Historia. Así, entiende “por función ancilar cualquier servicio temático o noemático, sea poético, sea semántico, entre las distintas disciplinas del espíritu” (Reyes, 1944, p. 38).

Partiendo de esto, nos dimos a la tarea de convocar a investigadores que trabajaran líneas interdisciplinarias históricas y literarias desde distintos enfoques y visiones críticas, para que discurrieran sobre alguno de los siguientes temas: La novela histórica en la literatura mexicana; los códices y la literatura; la novela de la revolución; los documentos históricos como arte literario; la obra de arte literaria como documento histórico; la historia en la nueva literatura mexicana; la literatura y los movimientos sociales; y la literatura y los movimientos culturales.

Con la respuesta de académicos e investigadores que atendieron la amplia gama de asuntos entre Literatura e Historia, se concretó el abanico crítico con voces de la Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad de Colima, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, Universidad Autónoma de Chihuahua y El Colegio de San Luis, así como la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba y la University of Akron, de los Estados Unidos de América (USA).

Desde presupuestos históricos y literarios en diálogo con la Filosofía, la Antropología, la Lingüística y la Sociología, se propone aquí un ejercicio crítico reflexivo de la cultura como un punto de anclaje ancilar. Los siete artículos que conforman este número arrojan nuevas miradas hacia la cultura prehispánica, la Revolución Mexicana y los paradigmas culturales de principios del siglo XX. Se revisa la fusión paradójica de las culturas española y mexica, el papel de los intelectuales en la conformación de un nuevo Estado, el nacionalismo y la idea de una cultura regional, la identidad en la narrativa de Eraclio Zepeda, y la novela histórica de la Revolución en la obra de Jorge Ferretis, Nellie Campobello y Pedro Ángel Palou. Cierra esta serie de artículos, el texto que nos platea una problemática de tipo pedagógico: ¿La novela histórica puede ser una herramienta para enseñar la historia? Veamos una breve descripción de cada artículo en esta muestra que permite observar la amplitud de los préstamos y empréstitos posibles en la ancilaridad entre la Historia y la Literatura.

El primer texto, “La narratividad de la imagen en los códices nahuas”, de Patrick Johansson K., nos acerca a la lectura e interpretación de los códices, a partir del análisis narrativo de la salida de los mexicas de Aztlan-Chicomoztoc, en el Códice Azcatitlan, así como algunas secuencias del Códice Boturini, el Códice Mexicanus y la Historia Tolteca-Chichimeca. El autor analiza “el simbolismo ideográfico, la fonética, el tamaño, el trazo, la posición, los colores, la tensión espacial de las formas sobre el papel o la fibra y su composición”. Señala cómo durante la Colonia algunos códices originales fueron retocados, vueltos a pintar o glosados, de tal suerte que es necesario considerar estos cambios en su interpretación. Johansson hace evidentes los paradigmas y contextos de la cultura indígena y la española y sus abismales diferencias que se fundieron en una serie de relaciones asociativas y contradictorias. Así, a partir de dos epistemes distintas con presupuestos, verdades y medios de expresión propios, estudia la narratividad de lo que se conserva hasta hoy como códices nahuas.

“Gregorio Torres Quintero y su obra narrativa: hacia la construcción del Heimat literario colimense”, de Alexis Ortiz, nos invita a reflexionar sobre el papel que jugó Torres Quintero en la conformación de una cultura regional de alcance universal, sin dejar de lado la tendencia nacionalista de su maestro Ignacio Manuel Altamirano. Con la expresión romántica alemana Heimat, Ortiz concibe en el imaginario de Torres Quintero al Colima de finales del siglo XIX y principios del XX como una región culturalmente autónoma. Sin embargo, señala que hace falta una revaloración del colimense, pues su impacto sólo se ha examinado en el terreno educativo y en sus contribuciones a la pedagogía, pero está pendiente ampliar los estudios literarios a su obra como escritor regional y “su defensa de la literatura nacional como mecanismo antihegemónico, con ramificaciones geopolíticas”.

En “Villismo y Revolución en la literatura posrevolucionaria de Nellie Campobello (1931-1960)” María del Carmen Olague estudia las obras: Cartucho, Las manos de mamá, Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa y Prólogo a Mis libros, a partir del concepto de cronotopo de Mijaíl Bajtín para destacar la visión norteña de la Revolución que Campobello construye con base en sus experiencias y recuerdos de adolescencia, desde una mirada distinta al discurso oficial. Sobresale, en su representación, la figura de Francisco Villa como el héroe que luchó por los ideales y transformación del país. Así, los villistas son retratados como verdaderos luchadores al servicio del pueblo. Con esto, según Olague, la escritora duranguense considera valores como el arrojo y la virilidad para replantear la imagen de bandolero y asesino que los carrancistas habían construido para identificar al Centauro del Norte.

Diana Érika Cruz Jiménez y Rafael Araujo, en su texto “Benzulul: huellas de la identidad y la realidad regional chiapaneca del siglo XX”, realizan un análisis histórico-literario del cuento de Eraclio Zepeda para reflexionar sobre cuestiones identitarias indígenas. Revisan el desarrollo de movimientos literarios como el indigenismo y el regionalismo que “coincidieron con ideas de los gobiernos emanados de la Revolución” y detallan cómo durante el mandato de Lázaro Cárdenas del Río se llevó a cabo un proyecto de aculturación de los pueblos indígenas, en aras de una identidad nacional. Ante esto, intelectuales del “Ciclo Chiapas”, como Rosario Castellanos y Eraclio Zepeda, reaccionaron y buscaron borrar, a través de la literatura, la imagen de víctima en que se tenía al indígena. “Benzulul” es un ejemplo de ello, pues enfatiza creencias y prácticas culturales que reivindican la diversidad cultural de los pueblos originarios, aseguran los investigadores.

El artículo de César Sotelo, “Historia, parodia e intertextualidad para narrar el fin de la utopía revolucionaria: Tierra roja. La novela de Lázaro Cárdenas de Pedro Ángel Palou”, revisa la figura humana y contradictoria del expresidente de México y sus deseos de cumplir con la utopía revolucionaria de un país más justo. Analiza los sueños, miedos y contradicciones de múltiples voces que habitan el constructo social en el que historia y ficción se confunden. A partir de la parodia y la intertextualidad, como estrategias narrativas que cuestionan el discurso historiográfico y el poder político, Sotelo reconoce que la novela histórica de Palou replantea el pasado con una visión crítica que nos ayuda a comprender el presente de esta modernidad líquida, como la llama Bauman. Así, el escritor mexicano “involucra al lector en un periodo histórico complejo y esencial en el desarrollo de la nación”.

Manuel Almazán presenta, en su artículo “Revolución en el cuerpo. Una lectura histórica de la novela Tierra caliente”, el análisis contextual de Jorge Ferretis y su influencia en la obra, así como la representación del cuerpo que llevan al investigador a establecer paralelismos entre el personaje Pedro Ibáñez y el escritor. El artículo inicia revisando las distinciones entre Historia y Literatura tanto por su objeto de estudio, materia, función y su proceder en cuanto a los géneros de escritura que comparten. En seguida estudia la figura del intelectual durante la Revolución Mexicana para enfocarse en la vida y obra de Jorge Ferretis. Ante el olvido en el que ha caído el narrador mexicano, Almazán rescata su importancia y visión crítica de la Revolución en Tierra caliente, en donde se “cancelan los ideales revolucionarios” y “su fracaso permite ver el lado humano de los caudillos e intelectuales, así como lo endeble de los ideales de la lucha armada”.

“Estudio y enseñanza de la historicidad en la novela histórica. Metodología”, de Carmen Edilia Marcelo Pérez y Hernán Maximiliano Venegas, plantea el problema de la enseñanza de la Historia a partir de la Literatura, de manera específica de la novela histórica. Así, considerando una visión interdisciplinaria, los autores proponen su estudio, que contribuye tanto al conocimiento histórico como a la formación humanística de los estudiantes, y la transmisión de valores éticos, estéticos y políticos, a la vez que hace palpable la memoria histórica de los pueblos. Como aseguran los investigadores: “Se trata de una orientación didáctica que contribuya a descubrir y valorar los contenidos históricos de los textos literarios, sin renunciar al estudio y aplicación de los variados métodos de análisis literarios”.

Con el recorrido por los siete artículos que presentamos ahora, podemos afirmar que las relaciones entre la Historia y la Literatura no sólo se han fortalecido a través del tiempo, sino que hoy nos plantean nuevas problemáticas. La complejidad de los distintos préstamos y empréstitos entre ambas disciplinas como lo indicaba Alfonso Reyes en El deslinde, deja ver que la ancilaridad hace evidente hoy, más que nunca, la necesidad de herramientas interdisciplinarias para entender, por ejemplo, cómo es que la novela histórica en tanto ficción, nos revela una visión crítica de la realidad, o cómo un texto literario como “Benzulul” de Zepeda, puede proyectar aspectos identitarios de los pueblos chiapanecos. Los diálogos entreabren, con las reflexiones que arrojan los textos aquí contemplados, nuevas relaciones de la Historia y la Literatura con la política, la cultura, la Antropología y la Pedagogía. Con esto dejamos en las manos lectoras la invitación para transitar por las miradas críticas que hacen visible a un México diverso, desde el engranaje interdisciplinario.

Bibliografía

REYES, A. (1944). El deslinde. Prolegómenos a la teoría literaria. El Colegio de México.

WHITE, H. (2003). El texto histórico como artefacto literario. Paidós.